Entre los capítulos alusivos a la conquista y aquellos dedicados a la distribución de la tierra, los capítulos 12-14 asoman para unir las acciones de Yehoshua a la continuidad histórica y religiosa de los actos y mandatos de Moshé, del desierto al asentamiento en la tierra.
El versículo que cierra el capítulo 11 sintetiza el período de la conquista:
“Y Yehoshua la dio por heredad a Israel conforme a sus divisiones por tribus, y la tierra descansó de la guerra” (Yehoshua capítulo 11, versículo 23).
Tras el versículo del final de la conquista, tendríamos la expectativa de comenzar inmediatamente la segunda parte del libro Yehoshua-la parte del asentamiento. Pero en forma sorpresiva, el detalle de la distribución de las heredades, lo veremos recién en el capítulo 15, y antes de llegar a ese capítulo, leeremos los capítulos 12-14. ¿Cuál es la finalidad de esos capítulos? ¿Por qué los mismos marcan como una pausa entre la descripción de la conquista y la descripción de la distribución de las heredades?
El capítulo 12 comienza con el título “Estos son los reyes de la tierra a los que hirieron los hijos de Israel” (Capítulo 12, versículo1), e inmediatamente detalla las conquistas de Israel en la ribera oriental del Iardén (Jordán)-conquistas llevadas a cabo por Moshé. En la continuidad del capítulo comienza una sección nueva: “Y estos son los reyes de la tierra a los que hirió Yehoshua y los hijos de Israel” (Capítulo 12, versículo 7), y aparece el detalle de las conquistas de Yehoshua en la ribera occidental del Iardén.
El capítulo 13 describe las fases del reparto de heredades, y comienza con la heredad de las dos tribus y media en la ribera oriental del Iardén. En el final de la descripción de la entrega de las tierras, el capítulo sintetiza: “Estos fueron a los que hizo heredar Moshé en los llanos de Moav, del otro lado del Iardén, a la altura de Ierijó, hacia oriente” (Capítulo 13, versículo 32) y el capítulo 14 empieza con la descripción del reparto de tierras a cargo de Yehoshua: “Y esto es lo que adquirieron los hijos de Israel en la tierra de Kenaan” (Capítulo 14, versículo 1)
Pues, parece ser que el objetivo de los capítulos 12-14 es el de mostrar que todas las acciones de Yehoshua, tanto la conquista como el asentamiento, son una continuidad directa de los actos de Moshé. Es decir, el texto viene a mostrarnos la continuidad directa entre las acciones de Moshé y las de su continuador, Yehoshua.
Ya en los capítulos anteriores vimos varias veces que el libro Yehoshua se ocupa de mostrar la relación entre Yehoshua y Moshé. Así, en un paralelismo entre el cruce del Iardén y la apertura del Mar de los Juncos, y también en la descripción de la conquista de Ierijó y Hai en forma paralela a la conquista de Sijón, y así al trazar un paralelismo entre la descripción de la realización del Pesaj y la revelación del ángel a Yehoshua con el Pesaj de Egipto y el evento de la zarza ardiente que no se consumía.
¿Por qué resulta tan importante mostrar el vínculo entre los dos líderes?
Parece que la Torá sospecha de que el ingreso a la tierra junto al recambio en el liderazgo habría de generar una sensación de “una nueva página” entre los hijos de Israel- una nueva página cuyo significado sería la desconexión del pasado, y particularmente, de la Torá entregada por Dios a Moshé en Sinai. Además de ello, en el comienzo del ingreso a la tierra yace un pecado grande y peligroso, la transición de la vida espiritual a la vida terrenal puede provocar el abandono del servicio a Dios, el único y abstracto, y pasar al trabajo de la tierra, como ocurre por ejemplo con el Baal. A fin de evitar esta desconexión y el deterioro hacia la idolatría, es necesario hacer hincapié en la conexión y continuidad entre la generación del desierto y la generación de los que se asientan en la tierra, entre la época de Moshé y el período de Yehoshua.