La Torá describe en forma detallada todo el relato de la situación que debió afrontar Iosef con la señora de Potifar. Parece ser que la intención de la Torá al ingresar en esos detalles es la de enseñarnos las vías de cómo confrontar con el instinto. Iosef el Tzadik representa un modelo a imitar y en base a él comportarnos en una era libertina a fin de preservar la santidad de la familia y la pureza del corazón y los ojos.
En algunos versículos, el texto repite cuatro veces la descripción de la fuga de Iosef –“Y huyó y salió hacia fuera” (Versículos 12,15) “Y huyó hacia fuera” (Versículos 13,18).
Se puede encontrar un énfasis adicional en el nexo interpretativo entre los signos de la lectura de la Torá (TaameiHamikrá) y los versículos. Sobre la palabra “Vaiemaen” (“Se negó”) del versículo 8: “Él se negó argumentando mi amo se desentendió por completo de mis actividades en la casa y todos sus asuntos los puso a mi cargo” (Versículo 8), aparece el signo Shalshelet. Es un signo excepcional que invita al oficiante que lee la Torá a realizar una modulación de su voz en tres ocasiones. De este modo, los creadores de los signos de la lectura de la Torá quisieron enfatizar el excepcional acto de Iosef, “Vaiemaen” (“Se negó”).
Entonces, en el focode la personalidad de Iosef reside la capacidad de sobreponerse a tendencias humanas simples.
Esta es la base para la comprensión del encuentro entre Iosef y sus hermanos. También allí aparece la expresión “Se lavó el rostro y salió y conteniendo sus emociones ordenó: sirvan el almuerzo” (Capítulo 43, versículo 31).
El reconocimiento de las debilidades humanas por parte de Iosef es la fuente de su poder, y a partir de ello su impactante confrontación con el sistema instintivo de las personas. Iosef nos enseña un elemento básico importante: precisamente, la figura “abierta” entre los patriarcas, justamente Iosef que vive en Egipto, que es consciente de sí mismo y por ello “juega con su pelo”, Iosef que toma contacto con miembros del gobierno y toma como esposa a Osnat, quien proviene de una familia con prosapia del reino egipcio, nos enseña que en la misma medida en la que una persona quiere exhibir apertura e involucrarse con el entorno, esa persona debe elevar los muros y definir líneas claras que no pueden ser violadas. La profundidad de la apertura y de la exposición al mundo global, debe ser una función de las limitaciones definidas previamente. Esta complejidad personal lo acompaña a Iosef el Tzadika lo largo de su liderazgo.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio de la Academia Rabínica "Orot Shaul"