Está escrito: "Moshé nos ordenó a nosotros la Torá, que es (Morashá) legado para la congregación de Yaacob"
Preguntas:
• Cuando la Torá utiliza el término: Torá, ¿a qué se refiere?
• ¿Qué significa: nos ordenó?
• ¿Para qué nos especifica: a nosotros? aparentemente está demás
• ¿La Torá fue ordenada por Moshé o por Dios?
• ¿Qué significa Morashá – legado, y que diferencia tiene con el término ierushá- herencia?
• ¿Por qué dice congregación de Yaacob? ¿Por qué no dice pueblo de Israel?
Respuestas
Los sabios destacan la importancia de este versículo, y nos dicen que junto con el Shemá Israel, son las primeras palabras que les enseñamos a los niños. Pues es la base de todo. Lo primero que debe adquirir el niño es el concepto que la Torá es de origen Divino y luego lo que está escrito en ella.
Los sabios dijeron que rabí Immi escribió 400 libros de la Torá. Enseguida agregan que (por ser que es imposible para un ser humano escribir 400 sefer Torá) se están refiriendo a que escribió 400 veces el versículo: Moshé nos ordenó a nosotros la Torá, que es (Morashá) legado para la congregación de Yaacob. Lo que aprendemos de esto es la importancia de este versículo que fue igualado a toda la Torá.
El primer mensaje que se extrae de este versículo es que la Torá no son sugerencias, sino que es una obligación hacer todo lo que está escrito en ella. Es una ordenanza de Dios, Su voluntad. Por lo tanto no depende de cada uno decidir si la cumple o no, sino que es imperativo para todos.
El versículo dice que estos mandamientos son para nosotros, lo que viene a agregar este término que aparentemente está demás, es que los preceptos de la Torá en realidad son para nuestro propio bien, no son para Dios. Él no precisa de nada. Sino que es para nuestro bien, tanto en este mundo, pues todas las reglas de la Torá son para establecer una buena sociedad, con buenas cualidades (amar al prójimo, no odiarlo, ayudarlo, otorgar un día de descanso para los trabajadores, no robar, no matar, abrir su mano a los pobres, respetar a los ancianos, etc.) como así también los preceptos de la Torá son beneficiosos para poder adquirir el mudo venidero, pues nos enseñan conceptos verdaderos, apegarnos a Dios, alejarnos de la idolatría, etc.
Asimismo, todos estos preceptos son solo obligatorios para el pueblo de Israel, no para el resto de los pueblos. Ellos no están obligados ¿Por qué? Porque la mayoría de ellos no están preparados para un esfuerzo así. No obstante todo aquel que quiera puede convertirse y cumplir todo. Los sabios lo ejemplificaron con la siguiente anécdota:
Cierta vez los no judíos se presentaron ante Dios para quejarse de porqué a ellos no les había entregado la Torá. Entonces Dios les dijo: Os daré solo un precepto, y les prescribió la obligación de habitar en la sucá durante los 7 días de Sucot. Ellos salieron gustosos de delante de Dios e inmediatamente se pusieron a construir la sucá y se asentaron en ella. Entonces Dios hizo salir el sol para que brille sobre ellos haciendo que ese sea un día muy caluroso. Inmediatamente los no judíos,patearon la sucá y la abandonaron malhumorados y fueron a buscar alivio bajo la sombra de una cueva.
Dios les dijo: -¿Han visto por qué no os he entregado Mi Torá a Uds.?
Ellos respondieron: - ¡Pero también los hebreos abandonan la sucá cuando llueve o cuando hace demasiado calor!
Entonces Dios les dijo: -Es cierto, pero cuando ellos deben abandonar la sucá, no la patean ni se ponen malhumorados, sino que la dejan con tristeza y aun que están a la sombra sufren por no poder estar en la sucá, en cambio Uds. no.
¿La Torá fue ordenada por Moshé o por Dios?
Para entender esto más profundamente debemos dirigirnos al octavo de los trece principios de fe. Allí está escrito:
La Torá es de origen Divino. Esto es, saber que toda la Torá que se encuentra en nuestras manos hoy en día, es la que recibimos por mano de Moisés, nuestro maestro, y que en su totalidad procede de Dios, es decir, que la Torá se le reveló a Moisés en forma completa, por parte de Dios, elevado sea.
Esto es lo que se denomina metafóricamente: “hablar”, a pesar de que ignoramos cómo le llegaba la palabra de Dios, a excepción de Moisés, que fue el que la recibió, no obstante Moisés era cual escriba a quien le dictan y él escribía tanto los sucesos, los relatos como los preceptos, es por ello que se lo denominó: “el escriba”, por lo tanto no hay diferencia entre aquello que dice: “y los hijos de Jam: Kush, Mitzraim, Put y Cnaan” (Génesis 10:6) o aquel otro: “y el nombre de su esposa: Meetavel hija de Jatred” (Génesis 36:39) o lo que dice: “Timná era concubina” (Génesis 36:12) con lo que dice: “Yo soy el Señor tu Dios” (Deuteronomio 5:6) o: “Escucha Israel el Eterno es nuestro Dios, el Eterno es uno” (Deuteronomio 6:4), puesto que todo es de origen Divino y la Torá de Dios es completa, pura, sagrada y verdadera.
Todo aquel que afirma que estos versículos como los relatos, fueron agregados por Moisés, es considerado por los sabios y los profetas como un renegado, pues rebaja a la Torá más que cualquier otro apóstata, ya que cree que en la Torá hay cosas importantes y otras superfluas, sin encontrarle sentido. (Pensar de esta manera) es esencialmente, negar que la Torá es de origen Divino Afirmaron los sabios: “Aquel que sostiene que toda la Torá es de origen Divino a excepción de un solo versículo que no fue dicho por Dios, sino que Moisés lo agregó de sí mismo, sobre él dicen las escrituras: ‘porque la palabra del Señor despreció’”.
Sino que cada expresión y explicación de la Torá, posee mucha sabiduría y profundidad para aquel que las entiende, siendo su sabiduría inconcebible, como dice: “Su medida es mayor que la tierra y más ancha que el mar” (Job 11:9), por lo tanto es apropiado que el hombre se encamine por las sendas trazadas por David el ungido de Dios, quien suplicó: “descubre mis ojos y muéstrame las maravillas de Tu Torá” (Salmos 119:18).
Lo dicho anteriormente es válido también con respecto a la explicación que hemos recibido de la Torá, también ella es de origen Divino. Aquellas cosas que ponemos en práctica hoy, por ejemplo: la construcción de la Sucá, las cuatro especies, el shofar, las filatelias y otros, es exactamente tal como Dios encomendó a Moisés y él nos lo trasmitió, pues aquel mensajero, es digno de confianza.
El versículo que atestigua acerca de este principio es el que dice: “Dijo Moisés: Con esto sabrán que el Eterno me envió a realizar todas estas cosas, pues no han salido de mí” (Números 16:28).
De esto se desprende que al decir: Moshé nos ordenó a nosotros la Torá es similar a decir: Dios (por intermedio de Moshé) nos ordenó a nosotros la Torá.
En guematria, las letras de la palabra Torá, suman 611. Entonces cuando el versículo nos dice: Moshé nos ordenó a nosotros la Toráes como que el versículo dijera: 611 (Torá) nos fueron ordenadas a nosotros por Moshé. Pero sabemos que la Torá tiene 613 preceptos, estarían faltando dos. En realidad los dos primeros de los diez mandamientos fueron escuchados por el pueblo en el monte Sinai directamente de Dios, no por intermedio de Moshé. Así 611 fueron ordenados por intermedio de Moshé y dos por Dios directamente, esto suma en total 613.
La diferencia entre herencia y legado, es que cuando se dice: legado, eso no implica que ya le pertenezca, pero cuando se dice herencia, eso implica que ya es de él, que le pertenece, que ya lo adquirió.
Con la Torá no es así, sino que primero lo recibe, por el solo hecho de ser judío, pero pasa a ser parte de él cuando se esfuerza por ella, porque la estudia y la internaliza, entonces ya pasa a ser de él, la adquiere.
Cuando dice: congregación, esto incluye a todo tipo de personas, a todos los integrantes de la sociedad, no solamente a los aristocráticos o los pobres, o los sabios, etc. Sino que la Torá es para todos los integrantes del pueblo.
De aquí aprenden los sabios que se le debe enseñar Torá a cualquier miembro del pueblo de Israel, y aquel que no lo hace es como si le está robando, pues está escrito: legado para la congregación de Yaacob, no dice: legado para los sabios…
Rambam también aprende que la palabra Morashá, no solo quiere decir: legado, sino también quiere decir: eterno. Entonces acorde a esta opinión, este versículo también incluye lo dicho en el noveno principio de fe, que la Torá es Eterna: Noveno principio de fe: Se refiere a la invariabilidad de la Torá , es decir que la Torá de Moisés no será anulada ni cambiada por Dios, como así tampoco Él la reemplazará por otra. Asimismo no se le puede agregar ni quitar nada, tanto la Torá escrita como la Torá oral, como está escrito: “No le agregarán a ella ni menguarán nada de ella” (Deuteronomio 13:1).