El colapso militar de los reyes del sur derivó en el reconocimiento por parte de Yavín rey de Jatzor, de que el ejército de Israel se transformó también para él en una amenaza existencial. Y aquí se esperaba una situación muy peligrosa para el ejército de Israel.
La colina de Jatzor es la más grande de la tierra de Israel (800 acres), es diez o veinte veces más grande que toda otra ciudad cananea-emorita. El rey de Jatzor mantuvo un intercambio epistolar (cuyas cartas fueron halladas) con los reyes de Babilonia y Egipto, precisamente como lo refleja el texto: “Pues Jatzor en ese tiempo, era la cabeza de todos esos reinos” (Versículo 10)
El colapso militar de los reyes del sur derivó en el reconocimiento por parte de Yavín, rey de Jatzor, de que el ejército de Israel se transformó en una amenaza existencial también para él. Él reunió al ejército cananeo-emorita “tantos como la arena del mar, con gran cantidad de caballos y carros de guerra” (Versículo 4), a fin de atacar al campamento israelita en el Guilgal con una prioridad militar decisiva y destruirlo. Desde el momento en el que el ejército de los reyes del norte desciende hacia el sur preparado para la batalla, al ejército de Israel le espera una situación muy peligrosa.
Dios le dio a Yehoshua un momento preciso y el ejército de Israel ascendió hacia el norte, y atacó en forma sorpresiva al ejército de los reyes del norte a la par de su aprestamiento “en Mei Merom” (versículo 7). Por lo visto, en Ramot Isajar, la persecución se ramificó en dos cabezas, en el noreste hasta “el Líbano debajo del monte Hermón” (versículo 17), y en el noroeste hasta el límite “hasta la gran Tzidón y Misrefot Maim” (Rosh Hanikrá; versículo 8)
Y nuevamente, un versículo nos impide pensar que todo está claro y se acabó la conquista-“Mas las ciudades que estaban en las colinas no las quemó Israel, solamente a Jatzor quemó Yehoshua” (Versículo 13)-y en efecto, las capas de incendio en las ciudades cananeas (Lajish, por ejemplo) son posteriores, mientras que el gran incendio hallado en Tel Jatzor es justamente propio de la época, e incluso de la identidad de los que perpetraron el incendio-en los santuarios de la Jatzor cananea fueron halladas cabezas de esculturas que fueron derribadas con un golpe intencional, también esculturas cananeas y egipcias (Prof. Amnon Ben Tor, Kadmoniot 111 (5756), páginas 2-18-un testimonio claro y antiguo de la fe religiosa israelita.
Gentileza del sitio 929