El acto de los israelitas de tomar de las provisiones de los Guivonim es la única acción que es criticada abiertamente en el texto, por el hecho de no haber consultado a Dios. Resulta que esta crítica va más allá de la cuestión de la Kashrut de la comida, y alude a una problemática mucho más profunda, en el hecho de la concertación del pacto y del comportamiento de los líderes.
“Y los hombres de Israel tomaron de sus provisiones y no pidieron el consejo del Señor” (Versículo 14). Esta frase expresa una crítica a las acciones de Israel en el episodio de los Guivonim. ¿Acaso el único problema en este episodio es que han comido de sus provisiones? Es posible que hay aquí una fina ironía, una especie de deducción lógica: si por tomar de las provisiones de los Guivonim deberían haber consultado a Dios, mucho más aún deberían haberlo hecho para acordar un pacto con los pueblos de la tierra. A ello se le debe agregar el ridículo existente en el acto de tomar apresuradamente de las provisiones viejas y para nada atractivas (pan duro…)
Además, el acto de la comida compartida puede contemplarse como parte del pacto, como se acostumbraba en esos tiempos, como lo refleja el comentario “Metzudat David” (Rabí David Altschuler de Praga, 1687-1769), también conocido como “Baal HaMetzudot”, por crear, entre otros, el comentario “Metzudat David”, con el objetivo de explicar el Tanaj y facilitar su estudio) al versículo 14: “Tomaron de sus provisiones y comieron para cumplir el pacto y el amor”. En este caso, la crítica sobre el acto de tomar de las provisiones sin consultar a Dios es muy severa, y concierne a la esencia de la concertación del pacto.
No obstante, el texto no señala explícitamente que la concertación del pacto fue un error, pero todo el relato es presentado en forma irónica: ya desde el inicio, el lector sabe que se trata de un engaño, mientras que Yehoshua y los dignatarios no logran descubrir el engaño, a pesar de que “un hombre de Israel” señaló esa posibilidad ya en un inicio! Y he aquí, que el engaño se revela rápidamente-“Y sucedió que al cabo de tres días después de haber hecho pacto con ellos, oyeron que eran vecinos y que habitaban en su tierra” (Versículo 16).
Si los israelitas hubieran aguardado tan solo un poco, y lo esclarecían a fondo, hubieran descubierto el engaño. Además, no hay un involucramiento de Dios en el transcurso del relato, y más aún-el precepto de Dios de destruir a todos los habitantes de la tierra es solamente mencionado por los propios Guivonim, lo cual insinúa que los israelitas no cumplieron el mandato de Dios. La observación de “y no pidieron consejo al Señor” (Versículo 14) establece que se podría haber ahorrado la negligencia y el fracaso si tan solo hubieran consultado a Dios, o si los hijos de Israel se hubieran contenido (demorado) un poco y esclarecían la identidad de los Guivonim.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".