Aún si desde el aspecto jurídico-legal Nabal no pecó, sin embargo, en sus actos se reflejaron la ingratitud y la falta de justicia.
Nabal pecó al no actuar con bondad con invitados que carecían de un hogar. Nabal avergonzó al reino de David, tras haber sido ungido como rey, e incluso después de que los ancianos lo reconocieran como el gobernante, y luego de que todo el pueblo lo reconociera como el salvador. Y a pesar de que David aún no puede juzgarlo como rey, ello no reduce la falta cometida por Nabal. Nabal denominó a las personas libres “esclavos que huyen de sus amos“ (versículo 10), por su condición de Leviim (Levitas) sin posibilidad de cancelar su deuda por los tiempos difíciles. Pero aún surge el interrogante: ¿acaso Nabal pecó a nivel financiero por no darle a David y sus hombres el pago correspondiente por el fiel cuidado de su rebaño? ¿Acaso cometió Nabal una falta similar a la de Labán, quien engañó a Iaacov, fiel pastor de su rebaño e intentó oprimirlo? ¿Acaso podrá David realizar un reclamo judicial para recibir la paga por su trabajo?
A nuestro parecer, no es necesario definir este interrogante al determinar nuestra postura en función de Nabal. Precisamente, la complejidad y la duda que hay en la problemática, justamente la capacidad de interpretar la temática de la paga de los cuidadores de un lado y del otro, es lo que proyecta el dedo acusador contra Nabal. A partir de las Halajot (leyes religiosas judías) importantes en materia de la entrega de Tzedaká al pobre y al extranjero, se infiere que el dueño debe hacer el bien en favor del pobre y el mendigo. Nabal sabía que desde el aspecto de la justicia, él debe pagarle a los que cuidaron su ganado, ya que él se benefició por el sudor de ellos y por el hecho de que pusieron su vida en riesgo. Nabal se aferra a un fundamento legal dudoso, de que expresamente no les abono para expulsarlos. Aprovecho el hecho de su condición de extranjeros en la tierra, prófugos, “esclavos que huyen de sus amos”, que no tienen redentor ni alguien cercano, que realice una demanda por esta afrenta. Nabal se comportó ingratamente con aquellos que salvaron su hogar y su patrimonio, que gracias a ellos es una persona libre, y no un extranjero deambulador. El acto de Nabal conllevaba la injusticia.
La justicia no es un don gratuito como la bondad; tampoco es una entrega jurídica pura. La justicia es la combinación de ambas y su examen de la logica natural y el sentido de nobleza que existe en el hombre.
“Agrega de lo tuyo y dale a el” (Jolin 134a)
“Habrás de hacer lo recto y lo Bueno” (Devarim, Deuteronomio, capitulo 6, versiculo 18)
Editado por el equipo del sitio de Tanaj
Gentileza de la revista “Megadim”, Editorial “Tevunot”.