Yehoshua el combatiente y Yehoshua el estudioso

Yehoshua el combatiente y Yehoshua el estudioso

Están quienes reconocen a Yehoshua solamente como líder militar, no obstante a ojos de los fieles de Israel  existe también un ”segundo Yehoshua”, respecto al cual, el texto da cuenta de que no se retira de la Tienda de Reunión y allí estudia la Torá día y noche. Este aspecto de la personalidad de Yehoshua que fue profundizado y destacado en la tradición de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, se fusiona con el primer aspecto, en una sola personalidad.

¿Quién es Yehoshua? Están aquellos que solo conocen a un Yehoshua: el Yehoshua que hace trizas a los pueblos de Kenaan y sus ejércitos, el que lidera y sirve como comandante en los campos de la muerte, el que cuelga reyes y arroja sus cuerpos en el portón de acceso a la ciudad.

A ojos de los fieles de Israel  Yehoshua es también reflejado, según la tradición de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, como otro Yehoshua. El Yehoshua que ordena los bancos del Beit Midrash, la casa de estudio (Bamidbar Raba parashá 21,15), el Yehoshua que, en pleno desarrollo del sitio a la ciudad de Hai, está profundamente sumido en el estudio de la Halajá (Meguilá 3a), aquel Yehoshua que antes de salir rumbo a la batalla por la conquista de la tierra, envía una propuesta  de paz en la cual se garantiza la paz a todo aquel que decide retirarse del lugar o acordar la paz (Ierushalmi, Eiruvin 86, Halajá 3)

La imagen del “otro” Yehoshua fue enriquecida  y profundizada por Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, por supuesto, conforme a su imaginación. He aquí que hay un versículo que señala: “Mas su asistente Yehoshua Bin Nun, un joven, no se apartaba de la tienda” (Shemot capítulo 33, versículo 11). Él es quien recibió la orden más general y global, en relación al precepto de Talmud Torá, el estudio de la Torá, y su concreción: “Que no se aparte esta Torá de tu boca, y profundizarás en ella día y noche, para que cuides de hacer todo lo que está escrito en ella, entonces tendrás éxito en tu camino y serás sabio” (Yehoshua, capítulo 1, versículo 8). En relación a él fue dicho que sigue los pasos de su gran Maestro (Yehoshua capítulo 4, versículo 14; capítulo 8, versículo 35).

Tenemos dos figuras ante nosotros, y de hecho, en una de ellas se desarrolla una confrontación dialéctica, en la que se fusionan dos cualidades, dos tendencias, y finalmente se combinan y convergen en una.

Ese mismo Yehoshua, que aspira a permanecer en lo profundo de la Halajá (ley religiosa judía) a fin de comprender y discernir, cuidar, practicar y cumplir la Torá, afronta también las necesidades que se desprenden de las circunstancias históricas, y de la necesidad de ingresar a la tierra y de conquistarla.

Debemos comprender con perfecta visión y profundidad la tensión inmanente entre “pues destruirlos, habrás de destruir” (Devarim capítulo 20, versículo 17) por un lado, y “y ellos romperán sus espadas para hacer de ellas azadones, y sus lanzas trocarán en podaderas, no alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra” (Yeshaiahu capítulo 2, versículo 4), por otro lado; entre la necesidad de lidiar con el mal, y a veces, incluso erradicarlo, y el deseo de perfeccionar el mundo, mejorar el mundo, de manera pacífica.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del artículo "Yehoshua y Yehoshua" de la antología "Musar, Miljamá veKibush" ("Ética, guerra y conquista") publicada por el Instituto Herzog

 

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