התנך | אתר התנ"ך של מכללת הרצוג

1Y los discípulos de los profetas dijeron a Elishá: "He aquí que el lugar donde nos sentamos delante de ti, es muy estrecho para nosotros.
2Vayamos, si te parece, al Yardén, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí un local donde habitemos." Y él respondió: "¡Id!"
3Mas uno de ellos le dijo: "te ruego consientas y vengas con tus siervos." A lo que dijo: "Yo iré."
4Fuese, pues, con ellos; y llegado que hubieron al Yardén, cortaron la madera.
5Pero aconteció que mientras uno de ellos cortaba un árbol, el hacha se le cayó al agua, y él clamó, diciendo: "¡Ay, señor mío, y era cosa prestada!"
6Y dijo el varón de Dios: "¿Dónde cayó?" Y habiéndosele enseñado el lugar, cortó un palo, lo echó allí, y nadó el hierro.
7Y dijo: "Tómalo." Y él, alargando la mano, lo tomó.
8Y el rey de Aram estaba en guerra con Israel; y consultó con sus siervos, diciendo: "En tal y tal parte voy a poner mi campamento."
9Entonces el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: "Guárdate de pasar por tal parte, que por allí mismo van a bajar los aramitas."
10Envió, pues, el rey de Israel al lugar que le había indicado el varón de Dios, y de que le había amonestado; y se resguardó allí no una vez ni dos.
11Y estaba muy turbado el corazón del rey de Aram con esto, y llamando a sus siervos les dijo: "¿No queréis decirme, quién de los nuestros es por el rey de Israel?"
12Dijo entonces uno de sus siervos: "Ninguno, oh rey, señor mío; sino que Elishá, el profeta que está en Israel, declara al rey de Israel, las palabras que tú dices aun en tu alcoba."
13Por lo cual él dijo: "Id y averiguad dónde está, y enviaré a prenderle." Y le avisaron: "He aquí está en Dothán."
14Él, pues, envió allí caballos y carros de guerra, y un ejército formidable, los cuales vinieron de noche, y cercaron la ciudad.
15Y cuando se levantó muy de mañana el criado del varón de Dios, y hubo salido fuera, he aquí el ejército que cercaba la ciudad en derredor, con los caballos y los carros. Entonces le dijo su criado: "¡Ay, señor mío!, ¿qué hemos de hacer?"
16Pero él respondió: "No tengas temor, pues más son los que están con nosotros, que los que están con ellos."
17Y oró Elishá, diciendo: "¡Señor, te ruego que le abras sus ojos, para que pueda ver!" Y el Señor le abrió los ojos al mozo y vio, y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Elishá.
18Y cuando (los aramitas) bajaron contra él, Elishá oró al Señor, y dijo: "¡te ruego que hieras esta gente con ceguera!" En efecto el Señor los hirió con ceguera, conforme al dicho de Elishá.
19Entonces les dijo Elishá: "No es éste el camino, ni es ésta la ciudad. Seguidme y yo os llevaré al hombre que buscáis." Y los llevó a Shomrón.
20Y aconteció que cuando llegaron a Shomrón, Elishá dijo: "¡Oh Señor, abre los ojos de éstos, para que vean!" El Señor, pues, abrió sus ojos y vieron, y he aquí que estaban en medio de Shomrón.
21Entonces el rey de Israel, luego que los vio, dijo a Elishá: "¿Los heriré?, ¿los heriré, padre mío?"
22Mas él dijo: "No los hieras; ¿los has cautivado, acaso, con tu arco y con tu espada, para que quieras matarlos? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y se vayan a su señor."
23Él, pues, les hizo una gran comida, y comieron y bebieron; luego los dejó ir, y se fueron a su señor. Y las guerrillas de los aramitas no volvieron ya a entrar en el país de Israel.
24Y sucedió después de esto que Ben Hadad, rey de Aram, juntó todo su ejército, y subió y puso sitio a Shomrón.
25Y el hambre vino a ser gravísima en Shomrón, porque he aquí que la sitiaron, hasta que se vendía una cabeza de asno en ochenta siclos de plata, y la cuarta parte de un qav de palomina, en cinco siclos de plata.
26Y aconteció un día que el rey de Israel iba pasando sobre el muro, cuando una mujer clamó a él, diciendo: "¡Socorro, oh rey, señor mío!"
27A lo que dijo él: "Cuando no te socorre el Señor, ¿de dónde te he de socorrer yo? ¿De la era, o del lagár?"
28Y le dijo además el rey: "¿Qué tienes?" Y ella contestó: "Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo para que le comamos hoy, y mañana comeremos a mi hijo.
29Cocimos, pues, a mi hijo, y le comimos; mas cuando yo le dije a ella al otro día: Da acá a tu hijo, para que le comamos, ella escondió a su hijo."
30Y sucedió que cuando oyó el rey las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y como iba pasando sobre el muro, vio el pueblo que, he aquí, traía el cilicio interiormente sobre su carne.
31Dijo entonces el rey: "Así haga Dios conmigo, y más aún, si quedare la cabeza de Elishá, hijo de Shafat, sobre él hoy!"
32Entretanto Elishá estaba sentado en su casa, y los ancianos de la ciudad estaban sentados con él; y envió (el rey) a un hombre a este efecto. Mas antes que llegara el enviado a él, dijo a los ancianos: "¿Habéis visto cómo ha enviado aquel hijo de homicida a quitarme la cabeza? Mirad que cuando llegue el enviado, le cerréis la puerta, y le retendréis con la puerta misma; ¡Ya se oye en pos de él, el ruido de los pies de su señor!"
33Aun hablaba él con ellos, cuando, he aquí, acabó de llegar el enviado adonde él estaba, y dijo: "He aquí que esta calamidad es de parte del Señor, ¿para qué tengo de esperar al Señor más?"

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