Linea de tiempo
Jueces
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1
Deficiencias de la conquista
Apertura
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2
La reprimenda del ángel y la característica del libro
Apertura
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3
Otniel, Ehud y Shamgar
Ehud hijo de Guerá
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4
La guerra de Débora y Barak
Dvorá y Barak
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5
El cántico de Déborá
Dvorá y Barak
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6
La consagración de Guidón
Guidón
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7
La guerra contra Midián
Guidón
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8
La persecución de Zevaj y Tzalmuna
Guidón
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9
La parábola de Iotam y la guerra contra Shejem
Abimelej
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10
Tolá; Iair; Conceptos de reprimenda
Tolá; Iair
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11
El discurso de Iftaj y su promesa
Iftaj
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12
La guerra contra los hijos de Efraim
Iftaj
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13
La mujer de Timná
Shimshón
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13
La consagración de Shimshón
Shimshón
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16
La mujer en Gaza y Dlilá
Shimshón
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17
La realización de la escultura y la designación de Mijá
La escultura de Mijá
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18
El cruce del río Dan
La escultura de Mijá
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19
El episodio de la concubina
La concubina en la ciudad de Guivá
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20
La guerra contra Biniamín
La concubina en la ciudad de Guivá
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21
Yavesh Guilad y las hijas de Biniamín
La concubina en la ciudad de Guivá
lior
Jueces 17
Versículo 1
Versículo 1: Shimshón fue el último de los Shofetim, y con él finaliza la época de los Shofetim.
Tal como dijimos anteriormente, este libro está dividido en tres partes: la primera nos vine a relatar el estado en que se encontraba el pueblo luego de la muerte de Yehoshua y que el pueblo no había conquistado y expulsado al Cnaaní de la tierra de Israel, por el contrario, concertaron pactos con ellos, a pesar que la Tora les había advertido que no lo hagan pues ellos harían desviar su corazón y abandonar a Dios y su Tora. Lentamente el pueblo va asimilándose y adquiriendo las costumbres paganas y los dioses de esos pueblos.
En la segunda parte del libro nos relata las consecuencias de esa asimilación, el pueblo comienza a servir a los dioses paganos y Dios adopta una actitud reciproca y se aleja de ellos, (es decir, no los protege ni los ayuda) de esta manera quedan expuestos y sucumben en manos de los distintos enemigos que lindan con su territorio y lo codician, cuando el pueblo se arrepiente de su mal obrar y vuelve a Dios, entonces les hace surgir un Shofet que los salva de los enemigos.
En la tercera parte nos relata otro aspecto, además de la idolatría, que describe la decadencia del pueblo de Israel producto a la mala influencia de los pueblos Cnaanim que quedaron en la tierra de Israel viviendo con ellos. Así nos relata dos sucesos que nos demuestran los valores que tenían los hijos de Israel, por un lado, robo, codicia, y por el otro depravación, perversión y asesinatos.
El pueblo había hecho un pacto con Dios, mediante el cual recibió la Tora y los enalteció espiritualmente y les brindó valores elevados, en la Tora les advertía que no dejen a los pueblos Cnaanim y que no hagan acuerdos con ellos, pero el pueblo olvidó a Dios, e hicieron justo lo contrario, pactaron con los Cnaanim y adoptaron sus valores y costumbres, denigrándose a los niveles morales más bajos y perversos.
Y había un hombre del monte de Efraim, que se llamaba Mijaiahu. Hay dos opiniones entre los sabios acerca de cuándo ocurrieron estos sucesos relatados desde este capítulo y hasta el final del libro de Shofetim.
Hay quienes sostienen que todo esto ocurrió cronológicamente, tal como está relatado, luego de la muerte de Shimshón, y traen además como prueba el versículo que se repite varias veces: En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo que era correcto a sus ojos para acentuar que ya no había Shofetim.
No obstante, la mayoría de los sabios, opinan que esto ocurrió al principio de la época de los Shofetim, en la época de Kushán Rishataim, (ver arriba capítulo 3), luego de la muerte de Yehoshua y antes que surja el primer Shofet, es por eso que recalca: En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo que era correcto a sus ojos pues fue antes que surja Otniel. Es por eso que también relatará en el próximo capítulo que la tribu de Dan no poseía aun territorio, pues así lo relata en el capítulo 2.
Los sabios sostienen que el motivo por el cual no fueron relatados cronológicamente en el momento en que ocurrieron, es porque el autor no quiso interrumpir el relato correlativo del liderazgo luego de la muerte de Yehoshua.
Y había un hombre del monte de Efraim la cadena montañosa de Efraim, incluían el territorio de Efraim, Menashé y Biniamín. Se extendían desde la zona del Carmel y llegaban hasta un poco más al norte de las montañas de Jerusalem
Este hombre pertenecía a la tribu de Efraim, debemos recordar que esta era la tribu más preponderante, era la que ostentaba el liderazgo del pueblo de Israel, a ella pertenecía Yehoshua. Y justamente nos viene a recalcar, este suceso en esta tribu, justamente en una familia muy adinerada, para que podamos deducir, que si esto (robo idolatría y todo tipo de creencias paganas) ocurría dentro de una de las familias importantes de la tribu de Efraim que era la más destacada, sería fácil imaginarnos cuanto más degradante sería la situación con las demás tribus menos destacadas.
que se llamaba Mijaiahu Si bien aquí lo llama Mijaiahu, en los sucesivo lo llama Mijá. Los sabios explican que esto se debe a que al principio su nombre portaba el Nombre de Dios (en hebreo la terminación IAHU hace referencia a Dios, pues son tres de las cuatro letras del Nombre de Dios) pero luego cuando comienza a creer en ídolos paganos, Dios no quiere que su Nombre esté ligado a ese idólatra, es por eso que quita esas tres letras y queda el nombre Mijá.
Jueces 17
Versículo 2
Versículo 2: El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por los que proferisteis maldición y de que hablasteis a mis oídos, he aquí que ese dinero está conmigo; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito sea mi hijo ante el Eterno. El relato comienza desde la mitad, no obstante, de lo que va relatando podemos deducir todo lo que sucedió. Aparentemente la madre de Mijá, es una mujer viuda que heredó una fortuna y por eso contaba con una gran cantidad de dinero en efectivo. Una gran suma de dinero le fue robada, 1.100 siclos de plata, en el capítulo anterior, versículo 5 hicimos un estimativo a nuestra época que 10 siclos equivaldrían a 6.000 dólares, entonces 1.100 equivaldrían hoy en día a unos 660.000 dólares aproximadamente. Cuando la mujer se da cuenta que le robaron esa suma, naturalmente habrá proferido toda suerte de insultos y maldiciones contra el ladrón, probablemente habrá maldecido con Nombre de Dios o delante del Sefer Tora o algo parecido, toda suerte de maldiciones y en forma pública, es por eso que Mijá le dice: por los que proferisteis maldición y de que hablasteis a mis oídos seguramente, habrá deseado que el ladrón de ese dinero no tenga un día de paz o alegría en su vida, que no vea nada bueno de ese dinero y que solo le sirva para pagar remedios, que sus hijos y familia sufran o se enfermen y todo tipo de cosas malas para él y sus descendientes.
por los que proferisteis maldición y de que hablasteis a mis oídos, he aquí que ese dinero está conmigo Esta maldición que su madre repetía día a día a sus oídos, hizo lo suyo en Mijá, es por eso que se acerca a su madre y lo primero que dice es: que ese dinero está con él, aun no se atreve a decir que él fue el que lo robó.
yo lo tomé , no dice que lo robó, para él es como que lo tomó prestado… teme decir que lo robó, ya sea por pánico a la tremenda maldición o por temor a su madre.
Entonces la madre dijo: Bendito sea mi hijo ante el Eterno La reacción más natural que hubiéramos esperado de su madre, es que se enoje y lo escarmiente o que le recrimine por su mal actuar, pero en lugar de eso el texto nos dice que su madre lo bendijo.
Lo que debemos tener en cuenta, es que a pesar de todo el enojo e ira que pueda sentir esta mujer, no debemos olvidarnos que es una madre, y lo que menos quiere es que su hijo sea perjudicado a causa de ella, más aún, cuando su hijo se ha arrepentido y él solo le ha devuelto lo hurtado.
Es por eso que la primera reacción de esta mujer es: Bendito sea mi hijo ante el Eterno , que no recaiga ninguna de las maldiciones sobre su hijo, sino al contrario, que sea bendito.
Jueces 17
Versículo 3
Versículo 3: Y le devolvió a su madre los mil cien siclos de plata, y dijo su madre: Consagrar había consagrado ese dinero al Eterno de mi mano para mi hijo, para hacer un ídolo y una imagen de fundición; ahora pues, yo te lo devuelvo. La madre, es consciente que ella maldijo al que le robó el dinero, y por más que su hijo diga que “lo tomo sin permiso” eso haría recaer sobre su hijo la maldición que había proferido. Es por eso que esta “astuta” mujer, idea otra estrategia, como si se pudiera engañar a Dios… y dice que, en realidad, ella ya había consagrado desde “antes” ese dinero, para dárselo a su hijo y que haga una imagen de fundición para el servicio Divino. En otras palabras, su hijo no era el ladrón que tomó el dinero, sino que ella ya había consagrado ese dinero con anterioridad, por lo tanto el hijo no lo robó, sino que tomó lo que ella ya le había otorgado, y como si esto fuera poco, para neutralizar la maldición, su hijo haría con ese dinero una imagen para servir a Dios, por lo tanto, ¿Cómo se puede castigar y que recaiga la maldición sobre alguien que no ha robado y que tomó ese dinero para hacer una obra espiritual en honor a Dios?
consagrado ese dinero al Eterno Si bien dice que es para Dios, no obstante, va a hacer estatuillas paganas. Debemos saber que, en la antigüedad, tal como vimos en los primeros capítulos de este libro, creían (tal vez contagiados por los pueblos paganos que los rodeaban y con los cuales habían hecho pactos para vivir en paz) que podían servirse de ciertas imágenes y de esa manera captar la bendición de Dios y las “ondas positivas” como si la estatuilla fuera una antena que capta la bendición y la hace recaer sobre el que la tiene, un amuleto, (como hoy en día se suele creer ingenuamente, que una cintita roja o una manito o un ojito, pueden traer buena suerte o espantar los malos deseos de los demás, etc). Es por eso que esta mujer, si bien dice que lo consagra a Dios, lo que hace es hacer una imagen de fundición.
para hacer un ídolo y una imagen de fundición una imagen de fundición era una suerte de estatuilla con forma humana que se solía revestir con todo tipo de atuendos especiales. Un ídolo era la representación de los dioses paganos, con los cuales se creía que influenciaban en este mundo, como ser un buey, un cabrito, elefante, etc.
Jueces 17
Versículo 4
Versículo 4: Y le devolvió el dinero a su madre. Y tomó su madre doscientos siclos de plata, y se lo dio a un orfebre: y él le hizo un ídolo y una imagen de fundición, las cuales estaban en la casa de Mijá. Es interesante no perder de vista el dinero, tratemos de imaginar el escenario y tratar de observar la acción desde un costado. Veremos allí, tal como relató en el versículo anterior a Mijá colocando todo el dinero delante de la madre y se lo entrega a ella. Es decir, el dinero pasa de las manos de Mijá a los de su madre. Luego la madre dice que consagró todo ese dinero para que su hijo haga con él una imagen de fundición y le da el dinero a su hijo para que lo haga. Ahora, veríamos volver el dinero, desde las manos de su madre a las de Mijá. Pero Mijá no acepta quedarse con ese dinero, es por eso que vuelve a decir: Y le devolvió el dinero a su madre El dinero vuelve a pasar de las manos de Mijá a las de su madre. En resumen, el dinero pasó de las manos de Mijá a las de su madre, luego la madre se lo da a Mijá, y luego Mijá se los vuelve a dar a su madre. Como veremos, la maldición de la madre, causó un gran trauma en Mijá, que no quería saber nada de ese dinero que estaba maldito, es por eso que no quiere tenerlo con él, ni siquiera regalado.
Y tomó su madre doscientos siclos de plata, y se lo dio a un orfebre Si bien ella había dicho que daría los 1.100 siclos de plata, aquí dice que le dio solo 200 al orfebre, es decir, están faltando los otros 900. Hay quienes explican (Radak) que estos 200 ciclos eran la paga al orfebre para que haga una imagen de fundición con los otros 900. Como podremos deducir, con esa una gran suma de dinero, habrá hecho una estatua idolátrica bastante grande e importante.
Otros explican que le dio solo 200 y el resto sería donado para mantener el santuario de los dioses que tenía Mijá y para pagar al sacerdote que los serviría, tal como dice En el versículo 10.
Abarbanel, opina, que una vez que la mujer recuperó el dinero, sencillamente se arrepintió de donar tanto y dio solo 200 en lugar de los 1.100 que había prometido dar.
las cuales estaban en la casa de Mijá , Pone la imagen precisamente en la casa de Mijá, porque de esta manera, seguramente sería bendecido y protegido de la maldición.
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Versículo 5
Versículo 5: Y este hombre Mijá, tenía un santuario de dioses, y se hizo hacer un efod e ídolos, y consagró a uno de sus hijos para que le fuese por sacerdote. Al poseer una estatua idolátrica tan grande e importante era menester hacerle un santuario. Tal como dijimos antes, Mijá, había quedado obsesionado y paranoico con el temor a la maldición que había proferido su madre y que tantas veces la oyó repetir, día tras día. Seguramente, cada cosa que le salía mal, ya sea a él o a uno de su familia, la atribuía a aquella maldición. Es por eso que trataba de liberarse de ella o neutralizarla, mediante todo tipo de amuletos, incienso, dioses, figuras y conjuros que cada uno de sus vecinos (incluyendo los Cnaanim) le recomendaban para contrarrestar el poder maligno de la maldición. Hasta el punto que su casa se volvió un santuario de dioses
y se hizo hacer un efod e ídolos, y consagró a uno de sus hijos para que le fuese por sacerdote No se contentó solo con poner las figuras para “proteger su hogar” sino que también, se mando hacer todo tipo de ropajes y vestimentas ornamentadas para servir a esos dioses, como se vestían los sacerdotes paganos, para protegerse de las malas ondas de la maldición. Y a pesar de no pertenecer a la casta de sacerdotes ni a la tribu de Levi, que eran los encargados del Servicio Divino, igualmente consagra a uno de sus hijos para que cumpla esa función y haga todo tipo de sacrificios paganos.
Como conclusión, podemos ver, que había transgredido la mayoría de los 10 mandamientos, idolatría, robo, no respetar a los padres, jurar en falso, codiciar, mentir, etc.
Jueces 17
Versículo 6
Versículo 6: En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo que era correcto a sus ojos. Acorde a la opinión de Abarbanel, este versículo no está puesto caprichosamente en medio del relato, sino que el motivo por el cual nos relata este detalle es para que podamos entender cómo fue posible que alguien del pueblo de Israel pueda hacer un santuario con todo tipo de ídolos y hasta poner a su hijo como sacerdote para realizar todo tipo de ofrendas sin que nadie le diga nada. Todo eso fue posible porque no había una entidad central dentro del pueblo de Israel, que gobierne y vele por que el pueblo no se denigre. No existía el temor a un rey o gobernante, sino que cada uno hacia lo que se le antojaba y lo que le parecía bien a él mismo.
cada uno hacía lo que era correcto a sus ojos hacían lo que era bueno a SUS ojos, no a los ojos de Dios. Una suerte de bien muy subjetivo, acorde a los intereses y conveniencia de cada uno.
Jueces 17
Versículo 7
Versículo 7: Y había un joven de Beth Lejem de Yehudá, de la familia de Yehudá, el cual era Levi; y residía allí. Nos recalca que se trata de la ciudad de Beth Lejem que queda en Yehudá, porque hay otras ciudades de que se llamaban también Beth Lejem y quedaban dentro del territorio de otras tribus, como por ejemplo la que quedaba en la tribu de Zebulún, en el Galil, como dice en Yehoshua 19:15.
de la familia de Yehudá, el cual era Levi Si bien nos dice que era de la familia de Yehudá, en realidad, él no pertenecía a esa tribu, sino que era miembro de la tribu de Levi. Si bien su padre era Leví, lo que lo hace al joven pertenecer a esa tribu, tal vez su madre era de la tribu de Yehudá, hija de algún miembro importante de esa tribu, por lo cual se menciona a este joven como perteneciente a la familia de Yehudá, aunque no sea miembro de esa tribu.
y residía allí , estaba solo como residente, por ser que no pertenecía a la tribu de Yehudá, no era miembro ni poseía territorio allí, sino que era un forastero.
Más adelante en el próximo capítulo en el versículo 30 nos dirá que este joven se llamaba Yehonathán hijo de Guershón, hijo de Menashé.
Jueces 17
Versículo 8
Versículo 8: Y partió este hombre de la ciudad de Beth Lejem de Yehudá, para ir a vivir donde hallase; y llegando al monte de Efraim, vino a casa de Mijá, para de allí seguir su camino. Ahora lo denomina hombre de la ciudad de Beth Lejem , en el versículo anterior lo llamó: un joven de Beth Lejem . La función de los Leviim, además de los que servían en el santuario, el resto eran los responsables de enseñar la Tora al pueblo de Israel, es por eso que esta tribu se encontraba esparcida entre las demás tribus y no poseía un territorio propio.
Lo más probable es que tal vez este hombre de Levi no se sintiera a gusto dentro de Beth Lejem de Yehudá, o tal vez habían demasiados Leviim en aquella ciudad por lo tanto no era mucho lo que él podía hacer o destacarse y es por eso que decide marcharse hacia otra zona donde pueda ser mejor valorado.
y llegando al monte de Efraim, vino a casa de Mijá, para de allí seguir su camino No es que se dirigió específicamente a la casa de Mijá, sino que fue a parar allí en forma casual, para seguir camino hacia otro lugar. Tal vez la casa de Mijá estaba ubicada en las afueras de la ciudad, o tal vez, por ser que Mijá poseía un santuario de dioses , era un lugar central.
Jueces 17
Versículo 9
Versículo 9: Y le dijo Mijá: ¿De dónde vienes? Y el Levi le respondió: Soy de Beth Lejem de Yehudá, y residiré en donde hallare. Mijá comienza una conversación casual con aquel forastero, y allí se entera que es Levi y está buscando trabajo.
Mijá, que como ya hemos visto, era un hombre obsesionado con los sortilegios, hechizos, maldiciones y todo tipo de fuerzas esotéricas y místicas, enseguida vio en ese encuentro algo no casual, sino que deliberadamente se lo enviaban los dioses.
Jueces 17
Versículo 10
Versículo 10: Y le dijo Mijá: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, y atuendo de vestidos, y tu alimento. Y fue el Levi. Mijá le ofrece un lugar de honor y preponderancia. Le ofrece ponerlo como su consejero supremo, a eso se refiere cuando dice que será para él como un padre, todo lo que le diga él hará, y en todos los aspectos de su vida lo consultará y hará acorde a lo que le diga. Además, él estará a cargo de todo ese santuario y será un sacerdote para todos los demás, es decir, un hombre al que todos acudirán a pedir su ayuda, concejo y bendición.
Mijá estaba tan obsesionado con que el Levi se quede en su santuario, que trata de mantenerlo y convencerlo por todos los medios, es por eso que si todo ese nivel honorable que le brindó no le fuera suficiente, le ofrece además un bienestar económico fuera de lo común, pues de lo que le había dicho en el versículo anterior, inmediatamente dedujo que a este Levi le interesaba el dinero, por eso abandonó una buena ciudad, con vida espiritual muy rica, para ir detrás del dinero sin importar la sociedad y los valores del lugar. Además, en su carácter de Levi, naturalmente el pueblo le otorgaba su suministro con el diezmo que cada uno separaba de sus cosechas que iba para los Leviim; si aquel Levi aceptaba el trabajo pagano que le ofrecía Mijá, probablemente perdería todos aquellos beneficios, es por eso que Mijá ofrece suplirlos y además incrementarlos.
Y fue el Levi Esta frase es ambigua, se puede entender como que el Levi aceptó y fue con Mijá, o bien, como se deduce del versículo posterior, aparentemente el Levi no aceptó al principio este ofrecimiento de Mijá; al fin y al cabo, él era un Levi, y era consciente de lo grave que era hacer idolatría, y que servir a Dios de esa manera, por intermedio de ídolos o intermediarios para alcanzar la gracia de Dios, era algo que está completamente prohibido por la Tora y que Dios detesta, tal actitud.
Jueces 17
Versículo 11
Versículo 11: Y aceptó el Levi morar con aquel hombre, y fue el joven, como uno de sus hijos. No obstante, merced a la gran insistencia de Mijá y grandes tentaciones que le ofreció, el Levi se deja convencer, es por eso que dice: y aceptó, es decir, luego de mucha insistencia accedió y se denigra, convirtiéndose en un sacerdote pagano.
y fue el joven, como uno de sus hijos. Hay quienes recalcan que el Levi aceptó a ir un tiempo con él, pero no en carácter de padre y sacerdote sino como uno más de la casa. No obstante, la intención de Mijá fue bien clara, y de los próximos dos versículos podemos apreciar que el Levi, en realidad se convirtió en un sacerdote pagano.
Es interesante notar las distintas maneras con que es denominado este Levi: en el versículo 7 fue llamado: un joven de Beth Lejem . En el versículo 8 lo llamó: hombre de la ciudad de Beth Lejem . En el versículo 9 lo denominó: el Levi , que es un estrato social más alto que el de cualquier otro hombre. En el versículo 10 lo eleva al rango más alto, lo designa: padre y sacerdote . Vemos que de ser un simple joven Levi, llegó a ser: padre y sacerdote . Si este hombre de Levi hubiera actuado sabiamente, de seguro debería haber aprovechado, su cargo y rango para ir convenciendo a Mijá y al resto de las personas de lo ridículo que es servir a la idolatría y cuán bueno es el camino de la Tora y así, este Levi, podría haber sido como Abraham, quien a pesar de haber nacido en el seno de una familia idólatra y rodeado de estatuillas paganas, eso no le impidió a Abraham ir orientando a la gente por el buen camino. Pero, sin embargo, a este Levi, lo único que le importaba era el dinero y el honor, es por eso que se denigra, acepta las ofrendas y regalos que la gente le traía para ganarse la gracia y el favor los ídolos y dioses paganos, quedándose para él todas aquellas cosas que traían y así enriquecerse y mantenerse sin tener que esforzarse ni trabajar. Y entonces de estar en el estrato más alto, de ser padre y sacerdote vuelve al nivel bajo con el que empezó, así lo designa en el próximo versículo: el joven le servía…
Jueces 17
Versículo 12
Versículo 12: Y Mijá consagró al Levi, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Mijá. Los comentaristas recalcan que lo vuelve a llamar: aquel joven , que aparentemente está demás esta frase, pues el versículo podría entenderse perfectamente sin ese detalle, pero el texto lo agrega adrede, para mencionarnos, que, aquel Levi, que Mijá y su gente, y que, por último, tal como veremos en el próximo capítulo, se convertirá en sacerdote de toda la tribu de Dan, no era más que un jovencito, inmaduro e ignorante.
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Versículo 13
Versículo 13: Y dijo Mijá: Ahora sé que el Eterno me favorecerá, pues el Levi es mi sacerdote. Pues hasta ese momento, uno de sus hijos, que eran de la tribu de Efraim, era el que servía como sacerdote, pero la Torá estipuló que los sacerdotes debían ser de la tribu de Levi. Por lo tanto, ahora que tiene un legítimo Levi sirviendo en su santuario, entonces, dedujo que de seguro Dios lo iba a favorecer por ello.
pues el Levi es mi sacerdote Mijá acentúa que no se trata de cualquier Levi, sino que se trata de “ el Levi ”, no era un Levi cualquiera, era un Levi muy especial. Al final del capítulo 18 veremos que se trata ni mas ni menos que del nieto de Moshé, es por eso que Mijá está tan contento y seguro de que Dios lo bendecirá.
Tan inepto y obtuso era este Mijá, que creía que podría comprar el favor Divino y hallar gracia ante el Altísimo, solo por llenarlo de ofrendas y todo tipo de costumbres paganas, independientemente de su fe y sus actos inicuos, como si fuera que a Dios solo le interesa que le hagan santuarios y le dediquen ofrendas en lugar de que sean personas correctas, honestas, y que se conduzcan por el camino de la Tora.
Mijá estaba tan obsesionado con el tema de la maldición que le había conferido su madre, que constantemente hace cosas para poder neutralizar y contrarrestar los efectos que él pensaba que esa maldición obraba sobre él. Es por eso que, ahora que tiene un Levi, al poseer ahora a “un hombre de Dios” con él, se siente seguro que la sombra de la maldición ya no estaba sobre él ni sobre su casa y que la bendición lo perseguiría, independientemente de sus actos inicuos y sus creencias paganas.