Abarbanel afirma que cuando dice que debían ir precisamente todos los hombres de guerra es para que no piensen que Israel era débil y que no podía tomar la ciudad por eso no iban directamente hacia el muro a tomar la ciudad y que Dios tuvo que hacerlo por ellos, sino que puedan ver que si bien tenían el poder para tomar la ciudad, es Dios el que luchará por ellos.

Debían rodearla, dar una vuelta, como si fuera una ronda y tocar el shofar. Así durante seis días.  Tal como se suele rodear y dar la vuelta alrededor de la Tora en Sucot (Akafot) o en Simjat Tora.

Debemos notar que el séptimo siempre fue el escogido para representar algo espiritual: el séptimo día, es el Shabat, el séptimo mes, es el mes de las grandes fiestas, el séptimo año, es el año sabático, etc.

Cada uno de los siete sacerdotes debía portar un shofar.

Delante del arca, para testimoniar que es Dios el que luchará por ellos.

Acorde a la tradición, nuestros sabios enseñan que comenzaron a rodear la ciudad de Jericó en el primer día de la semana (domingo) y la tomaron en el séptimo día (Shabat)

El motivo de los Shofarot, tal vez se deba a que el Shofar es el instrumento que en Rosh Hashaná nos recuerda al Rey supremo, y que debemos despertarnos de nuestro letargo, volver a Él  y servirlo con todo nuestro corazón.

 Malvim sostiene que mientras viajaban por el desierto eran los Leviim los que cargaban el arca, pero desde que entraron a la tierra de Israel y los milagros en los que participaría el arca, ahora deberá ser portado por la estirpe más allegada a Dios, es decir los sacerdotes.

Debemos prestar atención que Yehoshua no les revela al pueblo el final de la conquista milagrosa de la ciudad, solamente les va anunciando de a poco qué es lo que deben hacer, reservando para el final los portentos y milagros que obrará Dios.

Abarbanel señala que actuaron con diligencia para cumplir la orden de Yehoshua y no tuvieron miedo que desde las murallas les arrojaran piedras o flechas.

Dice: siete sacerdotes … delante del Eterno se refiere delante del arca, por eso aquí la llama: el arca de lo alianza del Eterno iba detrás de ellos.

Malvim explica que el motivo por el cual todo el botín de guerra será consagrado a Dios, es porque al ser que la ciudad cayó fue por un milagro de Dios, es apropiado que el botín de guerra sea para Dios. A excepción de Rajab que al ser que ella protegió a los espías, es por eso que en este versículo, cuando le habla al pueblo,  no dice el motivo de que le juraron salvarla, pues el pueblo no juró nada, y la promesa de los espías no compromete a todo el pueblo, solamente a ellos que fueron los que juraron. Es por eso que en el versículo 22 cuando les habla a los espías dice: Y a los dos hombres que habían ido a espiar la tierra, les dijo Yehoshua: Id …, tal como le habéis jurado.

No obstante Rajab merecía salvarse por mérito propio, pues ella se había convertido al judaísmo, tal como dijo antes 2:11: pues el Eterno, vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo sobre la tierra, y al ser que eso ocurrió antes de que el pueblo cruce el Jordán, la ley era que todo aquel que se convertía antes de eso debía ser aceptado dentro del pueblo de Israel. No obstante, todas sus posesiones, al ser que eran parte de la ciudad de Jericó, deberían haber sido confiscadas junto al botín de guerra y ser consagradas a Dios. No obstante no lo hicieron, para reconocerle el favor que ella hizo de proteger a los espías, ella salvó la vida de los dos hombres de Israel y no permitió que les faltase nada, entonces ellos le salvaran la vida no solo a ella sino a toda su familia y pertenencias.  Esta actitud de proteger a Rajab era muy importante para Yehoshua pues de lo contrario sería profanar el Nombre de Dios, el pueblo de Israel promete y luego no lo cumplen. Además era muy importante dejar en claro que Israel le devolvería bien a todo aquel que los ayudara, de esta manera, vemos que todos los demás pueblos hubieran podido sobrevivir si no hubieran sido tan malvados en sus actos y adoptado una actitud tan negativa

Esta disposición especial sobre Jericó, de no tocar nada del botín de guerra, la había aplicado con anterioridad el pueblo de Israel en su primer lucha contra un pueblo emorita, del otro lado del Jordán, con Moshé. Cuando lucharon contra el rey de Arad, quien había secuestrado personas del pueblo de Israel, entonces el pueblo hizo una promesa a Dios de que si se los entregaba en su mano, destruirían completamente la ciudad y consagrarían todo a Dios (Bemidbar 21:1)

Daat Mikra señala que está expresado en plural:   que hemos enviado, para que todo el pueblo se comprometa a proteger a Rajab.

Daat Mikra, sostiene que con el oro y la plata no dice utensilios, porque estos dos metales, a pesar que no fueran un utensilio tenían valor igual, pues se utilizaban para comerciar. Esta costumbre ya había sido puesta en práctica por el mismo Moshé, en la guerra con Midián, que dice que todo el oro trajeron al tabernáculo (Bemidbar 31:54)

Daat Mikra, en cambio, sostiene que se trata de que al principio del versículo lo menciona escuetamente, y luego, la segunda parte del versículo,  lo describe más detalladamente. Pero que en realidad gritaron una sola vez.

La muralla se hundió en el lugar, y permaneció allí hasta mucho tiempo después, el talmud, tratado Berajot pagina 54 atestigua que varios sabios de la época pudieron ver la muralla y pronunciaron allí una bendición, enseñando que todo aquel que ve el lugar en donde se ha realizado un milagro debe bendecir, alabar y agradecer al Todopoderoso.

Malvim dice que la casa de Rajab se mantuvo en pie, a pesar de estar contra la muralla, como dijo antes  2:15, puede ser que fue en forma milagrosa, o que la pared de la muralla cayó pero el resto de la casa quedó intacta.

Tal como dijimos antes, ellos hicieron por ella mucho más de lo que se habían comprometido. La llevaron fuera del campamento de guerra, y la llevaron a Guilgal, para ponerla a salvo de la guerra. O tal vez, como dice Radak, la dejaron fuera del campamento de Israel hasta que se purificara y se convirtiera como es debido, y entonces sí pueda entrar y formar parte del campamento de Israel.

Daat Mikra, dice que les otorgó alimentos y una porción de tierra en Israel.

Acorde a los sabios (Talmud tratado Meguilá 14b), Rajab se casó con Yehoshua y de entre sus descendientes salieron varios profetas. No obstante Abarbanel no concuerda con esta opinión, y dice que lo escrito en el Talmud debe entenderse de una manera alegórica.

Para Abarbanel, esto también se lo ordenó Dios a Yehoshua, y está insinuado en lo que le había dicho el ángel a Yehoshua 5:15: Y le dijo el comandante del ejército del Eterno a Yehoshua: Quítate el calzado de tus pies, pues el lugar en donde tú estás parado, sagrado es. Y así lo hizo Yehoshua Al decir sagrado es, se refiere a que debe consagrarlo todo a Dios.

Y el motivo por el cual maldice al que la construye es porque está haciendo justo lo contrario de lo que Dios hizo, Dios la destruyo para que sirva de ejemplo, y este individuo la construye.

Yehoshua es muy específico en su juramento. Que no se construya esa ciudad a pesar que se llame de otra manera: el hombre que erija y construya a esta ciudad, o aquel que reconstruya esta ciudad en otro lugar: el hombre que erija y construya a esta ciudad, a Jericó.

Y el castigo que le impone está relacionado con lo que él hace, así como él quiere construir lo que Dios destruyó, entonces Dios destruirá su familia. Morirán todos sus hijos, desde el mayor hasta el menor.

Este juramento de Yehoshua se cumplió en la época del rey Ajab, en sus días construyó  Jiel, la ciudad de Jericó, cuando comenzó murió su hijo Aviram, que era su primogénito, y al colocar los portones de la ciudad murió su hijo menor, Seguv. Como la palabra que habló el Eterno por medio de Yehoshua (Reyes 1 16:34). Este versículo confirma que Dios le había ordenado esto y no que fue por iniciativa de Yehoshua.

Se cumplió lo que Dios le había prometido al principio de este libro.